martes, 25 de abril de 2017

El retorno del Titanio

El jueves Santo por fin el trimarán Farrier F-82 TITANIO volvió a surcar las aguas del Río de la Plata.
No fué nada extraordinario, no hubo grandes velocidades, ni spinnakers, ni sistemas nuevos que probar, ni puertos ajenos; ni brindis, ni fuegos artificiales, ni festejos. Una vuelta al perro muy tranquila, con vientos suaves. Pero significó mucho. Nada menos que cerrar el ciclo de reparación-repintado, un haber escalado la montaña y finalmente volver a la base, completando la misión.
  Unos días antes el barco fué al agua para ponerle el palo y llevarlo al muelle de la palera, para terminar la maniobra. En pocas horas tenía casi todo armado. Me quedaron algunas cosas, como la maniobra de los spinnakers.



Antes de poner el palo, revisación completa. Reparé la luz de tope y las de crucetas. 
El tope debe ser la mas fea del río, pero también la que más ilumina. 
Se ve hasta con plena luz del sol pegándole de lleno.

Luego le puse las redes nuevas. Grises, con el borde blanco, quedan mucho mas prolijas que las anteriores. La contra: los ollaos, de muy mala calidad, no duran nada. Así que ya las saqué y llevé a reformar; van a ir con un caño de aluminio de 1cm en los bordes, para tirar parejo.

  Luego de poner las redes y tirar el barco al agua (maniobra que ya me estoy empezando a acostumbrar, eso de ver el barco colgando) con el amigo Andrés Mabres, conocedor del comportamiento de un trimarán moderno, fuimos a navegar. Todo muy tranqui, pero con la emoción de volver a sentir el barco navegando, el viento, el flap flap flap de la roda cortando el agua.... la navegación a vela.

De lo que se trata todo esto al fin....

Reviviendo

Andrés en la caña.

Qué lindo se ve pintado....




Dejé el barco por 3 días en una amarra en el agua. Por un lado para ordenar el interior que era un caos luego de tantos meses de laburo. Por el otro, para probar a ver qué pasaba en 72 (75 mas exactamente) horas en el agua con la pintura del fondo y los pontones. Cuánto se ensuciaría-marcaría. Fué una sorpresa al sacarlo. Estaba casi intacto. Incluso los pontones, que ya no tienen antifouling. Pero el poliuretano ni se mosqueó. Solo por una línea que marcaba la flotación -que salió con un trapito de una pasada), el resto ni parecía haber tocado el agua. 

 Lo que entra adentro de un barco chico es increíble.

En la marina.


Ahora a arreglar las redes. Tambien me pidieron los marineros del club que le arme una funda al foque para cuando queda enrollado en la amarra (por seguridad), y que tense mas el palo. Estuve pensando mucho cuál es el mejor sistema. Finalmente decidí hacer los Highfield levers (no sé la traducción al español), que allá los vende Corsair Marine, pero que acá... hay que fabricarlos. Son unas palancas para cambiar la longitud de un cable. Me van a permitir aflojar los obenques sin soltarlos y cambiarlos de posición, como hacía hasta ahora, con el peligro de que si me olvido de tensar los falsos obenques bajos que van al casco central, se puede caer el palo. Me pasó dos veces, que no se cayó porque me colgué a último momento. 


Highfield lever

Así trabajan


  Le pedí los planos a Farrier sin saber si los tenía, y al otro día me los mandó. Eso aumenta la seguridad. Junto con las redes mas tensas, y un enrollador para el screacher, la cosa va a mejorar mucho. También en breve atacaré al pop-top, que ahora está suelto. Para que quede mas firme, y junto con una chubasquera, la cosa ya va a estar lista para viajar. 
  Ya dejamos los boxes y estamos de nuevo en la pista. Es el fin de una tarea pesada. De 15 meses. 
  Ahora empieza un nuevo camino.