miércoles, 10 de octubre de 2012

Navegando en el Embrujo

En Marzo de este año tuve la primera navegación en Trimarán en el Embrujo, de Pedro alias "Dido". Dido se mandó un laburo de restauración excelente, en su amarra en una isla del Delta, o sea, en un ambiente nada favorable, con humedad, lejos de "la ferretería de la vuelta", o sea, con todas en contra. Gracias a eso recuperó un trimarán del Río de la Plata, con los pocos que hay.
 Trimarán "Embrujo"

Las impresiones las copio directamente lo que publiqué en el foro de Navigare:

"Ayer Dido me invitó a navegar en el Embrujo, mi primera navegación en un multicasco.
Antes que nada, qué laburo se mandó Dido. El barco me pareció mas grande de lo que creía por las fotos. La primera impresión es el espacio en cubierta, hay lugar para caminar por todos lados, y todo aprovechable al no escorar. Al no tener guardamancebos (para qué?) es fácil para acceder por cualquier lado.

Lo primero que uno nota es la sensación de ir deslizándose por arriba del agua en lugar de atravesarla; hasta las olas cruzadas molestas de los cruceros y lanchas (íbamos bajando por el Luján) parece que ni estuvieran; las pasaba por arriba sin inmutarse.

Ya en río abierto, velas arriba y segunda revelación: la navegación sin escora. Vas siempre plano, cómodo, sin hacer fuerza con el cuerpo para mantener el equilibrio, realmente es como lo cuentan, es mas relajado. Lo mas notable es cuando carga la racha, uno naturalmente está esperando la escorada y que después arranque el barco; pero no, en lugar de escora hay una aceleración inmediata y el aparente que enseguida se aproa.




 Una foto poco común: la proa del propio barco navegando.


Ibamos al largo hacia Capital. Las sensaciones del barco son totalmente distintas a las que uno está acostumbrado. Una de ellas es que el barco pide mas viento. Ayer estuvo suave, creo que solo en algunas rachas superó los 10 nudos. La impresión era que recién ahí el barco empezaba a navegar… como cuando ponemos segunda en un auto y el motor empieza a soltarse; y sin embargo antes veníamos yendo a 6.5 – 7 nudos pasando a todos! En un foro de multicascos de afuera alguna vez leí eso, que lo bueno empieza cuando el viento se acerca a los 20 nudos, cuando los demás se empiezan a guardar en las amarras, en los multis  recién empieza la diversión (la navegación de dos dígitos).
Otra cosa notable fue como se frena el barco con las velas sobrecazadas, o por ejemplo cuando derivamos sin querer; filando un toque escotas, el barco acelera y suma 2 o 3 nudos medio de golpe, que se sienten en el aparente en la cara y en la espuma en la estela.

Casi sin querer en un rato estábamos en el Don Alejandro, y un rato más frente al puerto viramos para volver.

El viento estaba NNE, y la ceñida nos costaba; ajustando un poco los patines, al genoa le pudimos dar una forma decente, pero la mayor parece un corpiño de vieja, y no había manera de darle forma como para apretar el rumbo. Ajustando un poco el vang logramos algo pero lejos de lo siquiera decente. El Embrujo tiene las velas que desechó Magallanes en 1520. Lo que va a mejorar con velas nuevas… La mayor parece que ya está encaminada.

Un párrafo aparte para el Capitán: me invitó a navegar, me pasó a buscar por el CSF, hasta me cocinó a bordo… Yo fui con unas medialunas como para picar a la tarde... No estoy acostumbrado a almorzar en las salidas cortas. A lo sumo llevar alguna empanada en un Tupper, pero ya ni eso; salir a navegar en un 22 pies como era mi exbarco, con la escora, ni pensar en cocinar; estoy tan acostumbrado que ni hambre me da en la típica vuelta al perro. Distinto es en algun viaje, pero tampoco cocinar, solo comer algo pre-hecho. La cocina para la amarra.
Por eso mi sorpresa cuando Dido abrió una heladerita… y se puso a hacer choripanes! “Que hacés, Dido? Dejá, para qué te vas a complicar…” “Si se hacen solos” me respondió. Claro, estuvo unos minutos adentro preparando todo derechito como si estuviera en la amarra, mientras yo timoneaba… al rato estábamos comiendo choripanes, que como toda comida, en el río es mas sabrosa.
Navegación placentera.

En fin, gracias a Dido por la navegación, fue toda una nueva experiencia. Con nuevas velas y mas horas creo que el Embrujo tiene para dar muchísimo mas, creo que recién está arrancando.
Una nave el Embrujo, y gran tipo Dido.
El Capitán.


Saludos a todos. P.

Dido: la próxima voy yo al súper!"

La comodidad del interior.... pueden dormir como 10... y derechos!


Uno de mis sueños: el trimarán en la amarra propia en el Delta...

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